Candeleda
Candeleda es una villa de origen medieval de apenas 5.000 habitantes. Su actividad es eminentemente agrícola y ganadera, aunque en los últimos años se ha volcado en el turismo de fin de semana, que ha experimentado un gran auge debido a su privilegiada situación cerca de la capital y gracias a que disfruta de un “microclima” especial, con temperaturas agradables en las dos estaciones extremas, frescas en verano y cálidas en invierno.
Es de obligada visita la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, una joya que data del siglo XV situada no muy lejos de la la Plaza Mayor, presidida por el Ayuntamiento. En esta misma plaza hay un edificio que no pasa desapercibido: la Casa de las Flores, un esquinazo con balcones de madera y macetas repletas de flores que a su vez aloja el Museo del Juguete de Hojalata, un lugar tan sorprendente como inesperado.
Pero el verdadero corazón de la localidad es la Plaza del Castillo, lugar de reunión de los candeledanos, quienes disfrutan de aperitivos y charlas al aire libre en las numerosas terrazas de los bares al cobijo de altísimas palmeras que adornan el enclave.
Piragüismo, senderismo, rutas a caballo, bici de montaña y golf son algunas de las actividades que ofrece Candeleda, además del baño en pozas de agua cristalina y piscinas naturales salpicadas por toda la zona.
En el mes de septiembre tiene lugar una de las celebraciones más importantes de toda la comarca, la Romería al Santuario de la Virgen de Chilla, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, un lugar de culto religioso muy conocido y querido por los habitantes de los alrededores.
Capítulo aparte merecería la gastronomía típica de Ávila que se puede degustar en Candeleda: sus famosas patatas revolconas, migas, o el chuletón de Ávila, además de los mejores quesos de la provincia, algunos elaborados con el pimentón de la Vera.