El porche, orientado totalmente al sur, es la joya de la casa. Próximo a la cocina y el salón, desde su altura privilegiada se divisan las vistas más espectaculares de todo el valle, hacia la gran llanura y el Pantano del Rosarito.
Siempre soleado, en verano e invierno, dispone de asientos y mesas para tomar el aperitivo, disfrutar del café o de las noches estrelladas de verano. Un auténtico remanso de paz.